DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL: UN COMPROMISO CON EL BIENESTAR EMOCIONAL Y EDUCATIVO
Cada 10 de octubre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental, establecido por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) y respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1992. Esta fecha tiene como propósito promover la conciencia, la comprensión y el apoyo hacia la salud mental, reconociendo su importancia como parte esencial del bienestar integral de todas las personas.
A lo largo de los años, este día ha buscado romper el silencio y los prejuicios que rodean los problemas de salud mental, impulsando el diálogo y la creación de políticas públicas que garanticen el acceso a servicios psicológicos y psiquiátricos de calidad. En la actualidad, la salud mental se entiende no solo como la ausencia de trastornos, sino como un estado de equilibrio emocional, social y cognitivo que permite a las personas afrontar los retos de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir positivamente a su comunidad.

La salud mental como derecho universal
El lema de este año, “La salud mental es un derecho universal”, hace un llamado global para que todos los países garanticen el acceso equitativo a atención emocional, sin discriminación ni estigmatización. Este principio recuerda que todas las personas, sin importar su edad, condición social o lugar de origen, tienen derecho a vivir con bienestar emocional.
Invertir en salud mental no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también fortalece el desarrollo social y económico, ya que una población emocionalmente estable tiene mayor capacidad de aprender, crear y convivir pacíficamente.
Importancia en el ámbito educativo En el contexto educativo, la salud mental adquiere un papel esencial. Las instituciones educativas son espacios donde los niños, niñas y jóvenes aprenden no solo contenidos académicos,sino también habilidades socioemocionales como la empatía, la resiliencia, la cooperación y el autocontrol.
Cuando un estudiante se siente escuchado, respetado y valorado, su aprendizaje mejora, su motivación aumenta y sus relaciones son más sanas. Por ello, la promoción de la salud mental en los colegios no debe verse como una tarea secundaria, sino como una prioridad pedagógica.
Las escuelas pueden contribuir mediante:
La creación de ambientes seguros y libres de acoso escolar.
La incorporación de programas de educación emocional.
La capacitación docente para identificar señales de alerta y orientar adecuadamente a los estudiantes.
La participación de las familias, fortaleciendo el acompañamiento emocional desde el hogar.
Actividades como jornadas de reflexión, charlas, campañas de sensibilización o espacios de escucha activa.
Un compromiso de toda la comunidad
La salud mental es una responsabilidad compartida. Cada miembro de la comunidad educativa —estudiantes, docentes, directivos y familias— puede aportar con pequeños gestos: escuchar sin juzgar, ofrecer apoyo, practicar la empatía y normalizar la conversación sobre las emociones.
Recordemos que cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo. Dormir bien, alimentarse de forma balanceada, realizar actividad física, mantener relaciones positivas y pedir ayuda cuando sea necesario son hábitos que fortalecen el bienestar.En palabras de la OMS, “No hay salud sin salud mental”. Por eso, este 10 de octubre y todos los días, hagamos del bienestar emocional y educativo una prioridad. Cultivar la salud mental desde las aulas es sembrar esperanza, equilibrio y humanidad para el futuro.
